Título: La Leyenda de los Dos Soles
Número de capítulos: relato, one-shot
Participantes: OC
Género: fantasy, supernatural
Advertencias: nada
Autorización: para todos los públicos
Comentario de la autora:
1. Tengo muy poca imaginación para los nombres, perdonadme XD
2. Lo escribí de madrugada después de emparanoiarme con la intro de MAMA aquí la tenéis, así que es normal que algunas cosas os recuerden a algo (?)
3. Esta es la última historia con la que he ganado un premio, así que le tengo mucho cariño >//<
Sinopsis:
"Él ya había cumplido
con su misión pasando su legado a sus nietos. Ahora ellos deberían
terminar lo que comenzó para traer de vuelta el esplendor del mundo
que aún guardaba en su memoria."
~.~.~
Hace
millones de años, bajo los rayos de los dos grandes y únicos soles,
se dice que vio la luz la criatura más perfecta jamás creada.
Algunos decían que era fuerte y robusta cual toro; otros hablaban de
un ser delicado, frágil, un ser capaz de ser destruido por el más
mínimo viento que alterase la paz de nuestro humilde mundo. Es por
eso que los dos dirigentes de nuestra tierra decidieron proteger a
dicha criatura de todo mal y ocultarla de las malas artes de aquellos
que moraban en las sombras. Por eso, para completar tan heroica
acción, escogieron a las doce personas más sabias y valientes del
mundo, seis pertenecientes a Préteron -la gran región cautivada
bajo los rayos de Shin, el sol del Norte- y seis moradores de
Shairule -la apacible zona sureña siempre bañada por la luz de
Shan-.
A
estos doce protectores, hombres y mujeres de diferente edad y
condición, se les fue otorgado un poder propio y único de su
elemento: dos capaces de crear llamas que podían derretir el
mismísimo infierno; dos de alas de elegancia inusitada con el poder
de mover el viento al batirlas; dos con control sobre la tierra que
pisamos, hijos de la madre Naturaleza; dos con el poder de moldear la
tan necesaria agua a su antojo; dos cuyo resplandor podía eclipsar
la hermosa y cálida luz de nuestros Soles; y, por último, los dos
que cargaban con la pesada responsabilidad de controlar a las sombras
caprichosas y danzarinas, maquinando en susurros inentendibles para
nuestros héroes la forma de acercarse a la pequeña e indefensa
criatura.
Durante
siglos, los doce elegidos empeñaron su papel con destreza y
sabiduría, sin dejarse avasallar por los peores momentos que podía
atravesar su mundo, sin rendirse ante las dificultades que el destino
les pudiese deparar. Tan importante puesto se sucedía a aquellos de
noble y puro corazón, entrenados por los más notables maestros en
cada una de las disciplinas que un Guardián debía dominar. Y entre
todos aquellos alumnos destacó uno por encima de todos.
Aquel
chico del que no se sabía nada, criado en tierra de nadie en
completa soledad, aquel chico que recibió por nombre Laymin demostró
que era capaz de ser algo más que un niño extraviado y llegado de
quién sabía dónde.
Los
maestros no daban crédito a sus ojos cuando veían al joven e
inexperto Laymin dominar técnicas que suponían años de práctica y
duro esfuerzo. Los cuchicheos y rumores sobre el supuesto talento no
se hicieron esperar entre la multitud congregada para ver al muchacho
siendo puesto a prueba de nuevo por los doce Guardianes, considerados
casi dioses por la ignorante y ciega población.
Todos
llegaron a la conclusión de que el poder de Laymin, aún tosco e
indomable, era único en el mundo y debían aprovecharlo. Sin perder
más tiempo, el chico ingresó a la prestigiosa Academia de los
Guardianes con el objetivo de pulir su potencial, rasgar con cuidado
las impurezas para dejar al descubierto el talle perfecto del
diamante en bruto que suponía la fuerza vital de Laymin, para
algunos comparable con el sendero envuelto en secretos y velos que
llevaba a aquellos seres nobles y puros al centro de toda perfección
en el corazón de la hermosa criatura nacida siglos atrás y
bautizada con el nombre de Cala.
Laymin
pronto sorprendió aún más a todos con su velocidad de aprendizaje.
Nunca en los eones de vida de aquel mundo los radiantes Soles habían
tenido la oportunidad de bañar con su luz a la orgullosa figura de
un ser tan excepcional. Aunque, cuando el muchacho pidió que se le
fueran desvelados los misterios que con tanto recelo protegían los
Guardianes con la excusa de convertirse en uno de ellos, algunos
maestros comenzaron a sospechar de sus intenciones. De todos era bien
sabido que no se podía calmar con facilidad su sed por saber más,
que ansiaba a todas horas ser más fuerte y poder abarcar todos los
poderes conocidos por el hombre. La avaricia de Laymin, se temían,
no iba a ser buena compañera. Hasta el más puro y limpio de los
seres, transparente como el agua que alimentaba a los bosques, podía
ser corrompido por las ganas de más, y podía acabar loco de rabia
si no obtenía lo que quería.
Entonces...
¿cómo calmar al joven de mirada curiosa y sonrisa juguetona? ¿Cómo
hacerle ver que la barrera más importante que debía mantener en pie
para protegerse sobre todas las cosas le estaba fallando? La
respuesta jamás hallada torturó a los sabios de ambos reinos
durante interminables días. Hasta que, finalmente, los Guardianes
decidieron ponerle fin al problema.
Creyeron
justo que el niño fuese expulsado de la Academia y condenado a una
vida normal, lejos de todo poder. Sellaron la fuerza de su corazón
buscando que conservase la pureza que tanto destacaba cuando Laymin
apenas tenía diez años, y lo abandonaron a su suerte en un pequeño
pueblo pesquero, llevándose sus recuerdos con el brillo de poder que
una vez decoró sus ojos ahora tristes y perdidos en una espesa
neblina que escondía lo que debió ser su vida.
Laymin
fue acogido por una humilde pareja de pescadores que no dudaron en
darle el amor que el niño necesitaba bajo su nuevo nombre: Esseo.
Y
así, Esseo creció rodeado del tranquilizante ambiente de aquel
pequeño pueblo, siempre bajo el amparo de sus padres.
Aunque el chico no podía evitar sentir un profundo vacío en su
pecho que ni los besos de su madre ni las miradas de orgullo de su
padre podían llenar. Un vacío que lo atormentaba muchas noches en
terribles pesadillas incomprensibles para él y que se volvía aún
mayor cuando trataba de recordar algo sobre su vida que le dijera por
qué estaba ahí. Y cuando el dolor de no saber nada se volvía
insoportable, Esseo corría a refugiarse al bosque para pensar.
En
el bosque que lindaba entre ambas regiones siempre se sentía en paz
consigo mismo. Una vez le dijeron que tal vez fuese así porque allí
era donde habitaba la magia en su estado más puro. Esseo no sabía
si eso era verdad, tampoco le importaba demasiado, él solo quería
sentirse aliviado. Un alivio que solo le llegaba cuando paseaba entre
los majestuosos árboles y escuchaba aquella hermosa voz, porque el
bosque contaba con una moradora excepcional. La chica de ojos verdes,
intensos, y piel resplandeciente que pasaba horas entonando bellas
melodías y respondía al nombre de Cala.
Se
suponía que el chico no debería poder verla ya que ella estaba
protegida por conjuros tan poderosos que escapaban de su imaginación,
pero Cala permitía que Esseo pasase incontables horas observándola
porque le agradaba su compañía y la forma en que su sonrisa
iluminaba su rostro quemado por las horas de exposición al sol.
La
chica sabía que incumplía las estrictas normas que se le fueron
impuestas siglos atrás por los primeros guardianes, pero ya estaba
cansada de esa vida. Las nuevas personas encargadas de su protección
eran insolentes y poco educadas, la trataban como si fuese mercancía,
y eso le resultaba muy molesto. Por eso se permitía unos momentos de
descanso junto a Esseo.
Sin
embargo, uno de los tantos días que el chico corrió a su encuentro,
no la encontró, ni siquiera era capaz de escuchar su dulce voz.
Preocupado, pues sentía que algo no iba bien, continuó con su
búsqueda hasta que algo le llamó la atención.
En
un claro del bosque se encontraban reunidos los doce guardianes junto
a Cala, pero algo no iba bien. Ella lloraba desconsolada, tirada en
el suelo y suplicando clemencia; tres de los guardianes se
encontraban completamente inmovilizados y luchaban por escapar de su
prisión; otros dos yacían en el frío suelo, sus pupilas negras
muertas; y los siete restantes se preparaban para entonar un canto,
un hechizo que debía cumplir su más grande anhelo.
«Descuidado,
descuidado»
Cuando
las primeras notas impregnaron el aire, Esseo se creía morir. Un
fuerte dolor de cabeza comenzó a atacarlo, impidiéndole ver bien.
Solo era capaz de notar como la música calaba hasta su
subconsciente, taladrándolo por dentro, y de como los chillidos de
Cala se volvían aún más histéricos, dolorosos.
«Disparo
anónimo, anónimo»
Algo
parecía romperse en el interior del joven casi agonizante. Las
pesadas cadenas se rompían con lentitud, cayendo al abismo y
abriendo las puertas del olvido.
«Insensato,
insensible»
Y
por fin lo vio todo claro de nuevo. Cada día, hora, minuto vivido
antes de su más presente realidad. Los secretos ocultos tras
mentiras y silencios que se abrían a sus ojos con la promesa muda de
no contarle jamás a nadie lo ocurrido hasta ese momento.
Finalmente,
Esseo le encontró un significado a su vida y cubrió el vacío que
lo atormentaba aunque estuviese dando su vida en el proceso por ser
testigo de algo que debería haberse perdido en la inmensidad del
bosque.
«Nadie,
¿quién cuida de mí...?»
*
* *
– ¡¿Y qué pasó?! –
el niño saltó un poco en su lugar en la alfombra junto a sus
primos, frente a su abuelo, quien les relataba tan magnífica
historia.
El hombre sonrió de
forma cándida ante las miradas curiosas de sus nietos, llenas de una
vida que él creía perdida, ahogada en la sociedad consumista en la
que vivían.
– Cuenta la leyenda –
prosiguió– que el sello que mantenía oculto el poder de Laymin se
rompió al escuchar ese canto y que su rabia por estar encarcelado
fue tal que lo pagó con el mundo que le dio la vida.
– Entonces... ¿qué
pasó con Préteron y Shairule? – aquella vez preguntó la más
pequeña de sus nietos, con los ojos muy abiertos y gesticulando con
las manos.
– Los maestros que
estaban encadenados se liberaron para tratar de salvar a Cala, pero
el sol Shin había perdido mucha energía, haciendo que el mundo
comenzara a resquebrajarse. Así que decidieron separar el espíritu
de sus regiones en dos mundos paralelos que, según la leyenda,
siguen unidos por un único cielo iluminado por el sol Shan.
El hombre amplió su
sonrisa al escuchar las exclamaciones de asombro y emoción de los
niños, no creyendo la fantástica historia que estaban escuchando.
– ¿Y los maestros aún
existen, abuelo?
– ¡Por supuesto! Están
entre nosotros, pequeño.
– ¡¿En serio?!
Asintió con la cabeza,
echándose hacia atrás en el sillón que ocupaba.
– ¿Sabéis? Nuestro
planeta es el mundo de la leyenda – paró un momento, observando
feliz como sus pequeños se sorprendían aún más–. Los maestros
han ido entrenando a más personas tan especiales o más que ellos
para que, llegado el día oportuno, ellos sigan con su labor y
rescaten al mundo de la leyenda con sus dos soles en los más alto de
la bóveda celeste... Y ¿quién sabe? A lo mejor alguno de vosotros
será el maestro de la luz o de la naturaleza.
– ¡Wow! ¡Eso sería
genial!
– ¿Podríamos volar?
– ¡Yo quiero poder
mover el agua!
Los tres niños se
marcharon mientras hablaban de todas las cosas que podrían hacer,
inventando los poderes que poseerían y los seres contra los que
lucharían bajo la atenta mirada de su abuelo. Cuando hubieron
desaparecido de la vista del hombre, tiró de la cadena plateada que
rodeaba su cuello con un sol de múltiples puntas igualmente de plata
decorándola. Sonrió con nostalgia acariciando el preciado símbolo,
que respondió al tacto despidiendo un leve fulgor blanquecino. Le
dio la vuelta donde tenía grabado «SuHo»
– Guardián... –
susurró.
Él ya había cumplido
con su misión pasando su legado a sus nietos. Ahora ellos deberían
terminar lo que comenzó para traer de vuelta el esplendor del mundo
que aún guardaba en su memoria.
Whea! Es increíble! La historia está increíble, enserio... Wow! Y el final, que impactante! El abuelo era uno de los guardianes? Y ahora les toca a los nietos? Me encanta como escribes! Sigue así! :DD
ResponderEliminarEl abuelo era uno de los guardianes, sí XD Esa era la idea, la has captado bien (?) LOL Muchas gracias de nuevo, aish ;; You made my day <3 Ya creía que todo el mundo se había olvidado del blog o algo y pasaban de nosotras (?) XD
EliminarGracias de nuevo y me alegro de que te haya gustado ^^