domingo, 14 de julio de 2013

Expediente 2305

Quizás tengas razón, quizás soy yo la que no se conoce, quizás soy yo la que no quiere ver la realidad. A veces me gusta pensar que soy normal, me gusta pensar que mi infancia fue bonita, plagada de esos recuerdos que la gente tanto adora atesorar en lo más profundo de su corazón. Pero no fue así.

Hace casi ocho años que siento que mi vida no es como debería ser. No soy una adolescente normal, no soy lo suficientemente mayor para ser una adulta pero tampoco soy lo suficientemente pequeña para ser una niña. Una vez escuché que era como una niña que intentaba ser adulta y una adulta que intentaba ser niña. ¿Extraño? Tal vez como mi vida misma. Pero si no soy ni uno ni lo otro... ¿qué soy?

¿Debería ser egoísta como los adolescentes? Inconformista, rebelde, siempre queriendo más y más, discutiendo, gritando.

¿Debería ser responsable como los adultos? Afrontar los problemas por mí misma, callar, buscar la mejor solución para todos, velar por el bien de los demás.

¿Debería ser alegre como los niños? Siempre jugando, siempre sonriendo, sin problemas en los que pensar.

¿Qué debería ser? ¿Cómo debería ser? ¿Qué debería hacer para cambiar? ¿Qué debo cambiar? ¿Cómo mejorar?

A veces me preguntas si estoy bien y yo respondo asintiendo con la cabeza obedientemente. Me dices que si lo paso mal puedo contar contigo y yo vuelvo a asentir. Me miras serio y repites que puedo contarte cualquier cosa, pero yo solo asiento de nuevo. No tengo problemas más allá de aquellos que arrastro desde hace años. ¿No los conoces ya? ¿Tal vez nunca hablé de eso contigo?

No pretendo culpar a nadie, no pretendo buscar más ayuda de la que ya me ofrecen, no pretendo tener sesiones interminables de charlas interminables que tratan temas interminables. Lo único que necesito es seguridad. Puedo reír con una broma, pero por dentro estaré preocupada por si va más allá del humor. Puedo aceptar un comentario malo, pero por dentro estaré muriéndome de dolor. Puedo decir que sí, pero por dentro estaré gritando que no.

Yo quiero escuchar la verdad aunque me dé miedo saberla. No quiero escuchar un “¡está genial!” por ser tu amiga, tu hermana o tu hija. No quiero juegos, no quiero tonterías, no quiero burlas, simplemente dime lo que me tengas que decir y después apóyame, deja tu mano en mi hombro para que sienta tu calor y dime que lo haré mejor, que confías en mí, que sabes que puedo llegar tan lejos como quiera. Cree en lo que yo creo, sueña con lo que yo sueño, confía en lo que yo confío, aunque pienses que no es así, solo hazlo. Tal vez empapándome de tu seguridad algún día seré capaz de crear la mía propia y protegerme en ella cuando lo esté pasando peor.

Puede que algún día me mires a los ojos y veas a esa persona que tanto has buscado, esa persona normal que sabe afrontar sus problemas pero que a la vez cuenta con el apoyo de otros, sin huir, sin callar, sin pretender lo que no es.

Tal vez algún día te sientas orgulloso de lo que soy.

4 comentarios:

  1. TT-TT precioso *se levanta y aplaude* eso necesitamos todos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias ^^ La verdad es que lo escribí por el dolor del momento, ahí realmente solo hay una realidad que vivo yo cada día así que me alegro de que alguien se haya dado la molestia de leerlo y comentarlo >w<

      Eliminar
  2. Te juro que mis ojos se han empapado enseguida de lagrimas. Es precioso, enserio, me encanto... Me siento retratada en parte, y estoy segura que muchas otras personas también se sentirían igual que yo al leerlo. Te lo repito por si acaso, está más que perfecto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho de que te haya gustado ;//; Supongo que es normal que te sientas retratada, lo hice en un momento en el que no me encontraba especialmente bien y solo intenté reflejar lo que sentía >w<

      Muchas gracias por pararte a comentarme, de verdad, lo aprecio muchísimo <3

      Eliminar