{Concurso} Amantes y rivales

Autora: khyuna5.tumblr.com
Título: "Amantes y rivales" 
Personajes: Seyong y Chaejin de MY NAME
Género: yaoi, romance, fantástico.
Advertencias: violencia.
Clasificación: +16

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Chaejin se despertó sobresaltado al escuchar la puerta abrirse de manera fuerte, y distinguió a Gunwoo entrar a la habitación enfadado, medio dormido escuchó sin prestar atención los reproches del mayor. No entendió que pasaba hasta fijó su mirada en la mesita de noche. Entonces se dio cuenta de que su despertador no había sonado, y por lo tanto llegaba tarde a sus clases.

Con prisa abrió la puerta de la casa y salió a la calle dirigiéndose a su instituto. Corrió por las calles de Seúl sin prestar atención a la gente que como él se preparaba para un nuevo día y acudían a sus puestos de trabajo y a sus respectivos institutos.

Las clases pasaron lentas, mientras intentaba seguir las explicaciones de los profesores, y en el fondo de su mente deseaba que acabaran. Su día finalmente pasó como todos los demás y tras el fin de sus clases paseaba lentamente de vuelta a casa. Y esta vez sí, observaba a la gente que regresaba a sus casas, con sus familias. Chaejin se paró delante de un escaparate de ropa y tras observar varias prendas que le interesaron, siguió su camino. Pasó junto a una cafetería y entró para comprar su pastel favorito, fue entonces cuando le vio.

Estaba sentado en una de las mesas acompañado por otro chico, el cual supuso que sería un amigo, sus ojos eran oscuros y su pelo con un tono rojo oscuros estaba rizado y caía sutilmente sobre su ojo izquierdo sin llegar a cubrirlo. Vestía una camiseta blanca con unos vaqueros negros y una chaqueta de cuero también negra. Fue en ese instante cuando su mirada se cruzó con el del extraño, en lo que pareció un eterno segundo.

Salió de la cafetería todavía deslumbrado por aquel extraño, su mente no dejaba de dar vueltas a esa imagen, ese corto instante en que sus miradas se cruzaron. Recordaba la postura de su cuerpo en la silla, como gesticulaba con las manos, como se retocaba el pelo, su mirada… Entonces, no supo si fue imaginación suya, sintió una presencia detrás de él. El miedo y el nerviosismo se apoderaron de él, de repente solo quería echar a correr. Se agachó disimuladamente para ponerse bien los cordones y vio como alguien se paraba detrás de él. Se levantó totalmente asustado y trató de llegar a casa lo más rápido posible.

Cuando cruzó la puerta de la casa se sintió más tranquilo, sin embargo, no sabía por qué seguía sintiendo esa presencia.

Subió a su habitación con los nervios todavía presentes, preguntándose si debía decirle a Gunwoo hyung algo de todo eso. Sin embargo, algo dentro de él le dijo que no lo hiciese. Tras eso bajó para su entrenamiento, seguro que estaría enfadado por el retraso.

Al día siguiente, esa sensación continuó y el miedo volvió a su cuerpo, miró varias veces atrás pero solo pudo distinguir una persona vestida de negro. Durante todo el día esa sensación continuó, y durante los siguientes días también. Cada vez tenía más miedo y sinceramente no sabía qué hacer. Lo más que llegó a ver de esa persona que le seguía en la sombra fue su pelo rojo una noche que regresaba a casa tras una práctica de actuación.

Chaejin salía de su instituto a la hora normal de todos los días acompañado por su amigo JunQ. Los dos amigos hablaban animadamente y comentaban las graciosas anécdotas del día. JunQ notó una extraña presencia y tras observar atrás, se despidió de su amigo y se fue. Chaejin giró también, extrañado por la reacción de su amigo y le vio. Era aquel chico, el de la cafetería. Aquel chico que había permanecido en su cabeza a pesar de la continua sensación de que le estaban observando.

• Hola – saludo el chico del cabello rojo – Soy Seyong.
• Hola… - dijo tímidamente el pelinegro.
• ¿No me vas a decir tu nombre?
• Chaejin… me llamo Chaejin – dijo desconfiado. Intuyendo que aquel era quien le había estado siguiendo - ¿Me has seguido?
• Cualquiera diría que esa pregunta es muy atrevida ¿no crees? – Chaejin bajó la mirada avergonzado – pero… ¿Quién sabe? – dijo el pelirrojo dedicándole un giño que hizo sonrojar aun más al más joven de los dos.

Aun sin estar convencido de lo que estaba haciendo Chaejin siguió caminando al lado de aquel extraño pelirrojo mientras conversaban y comenzaban a conocerse. Y aunque una parte de sí de decía que se alejara del tal Seyong, la otra quería quedarse más tiempo con el misterioso pelirrojo. Los dos, pasaron un rato muy agradable mientras hablaban de todo tipo de cosas y reían con cada gracioso comentario.

Con el tiempo echado encima, el pelinegro echó a correr de camino a la casa temiéndose ya una regañina de Gunwoo, mientras era observado por los oscuros ojos de Seyong. Cuando Chaejin cruzó la puerta de la casa, se encontró con la enfadada mirada de su entrenador.

• ¿Te piensas que esto es un juego de niños Chaejin? ¿Te parece que esto no es lo bastante serio? ¿Tengo que recordarte por qué estás aquí? Chaejin, estas aquí para convertirte en un cazador de demonios. Y esto no es poca cosa como para que te estés saltando los entrenamientos. Porque entonces serás presa fácil para esos asquerosos demonios.
• Lo siento – dijo Chaejin arrepentido por no haber prestado atención a la hora que era – pero solo se me fue el tiempo hablando con un amigo.
• Que no vuelva a ocurrir. En 10 minutos abajo.

*******

Los oscuros ojos de Seyong siguieron la figura del pequeño Chaejin hasta que se perdió de su vista y con un suspiro se encaminó hacia su casa mientras en su mente se reproducían esos momentos anteriores con el pequeño pelinegro.

Extrañamente, aquel chico no salía de su cabeza y sabía que su comportamiento había sido extraño durante los últimos días. Preguntas, miles de preguntas pasaban por su cabeza en esos días. Y a ninguna de ellas había podido darle una simple respuesta.

Entró en su ruidosa casa, donde a cada hora todo era fiesta y diversión, música, alcohol… Seyong sonrió al recordar que esa noche saldría y su estomago se encogió de emoción.

Recorría las calles de Seúl juntó a su amigo Insoo, en busca de diversión y… comida. Entraron finalmente en un lugar que parecía estar muy bien, y con bonitas mujeres para divertirse. Fueron a la barra y pidieron unas bebidas, y pronto localizaron a unas mujeres que parecían deliciosas. Una preciosa noche se acercaba y pronto entre los brazos de Seyong se encontraba una hermosa mujer que bailaba al son de la música.

• Eres hermosa – pronunció Seyong mientras acariciaba la espalda de la muchacha, quien rió halagada – tan dulce – habló de nuevo mientras su mano acariciaba su cuello – ¿te parece si vamos a un lugar más… tranquilo?
• Porque no – dijo inocente la muchacha. Mientras Seyong le dedicaba un guiño a su amigo.

Salieron a la cálida noche de Seúl y el pelirrojo condujo a la mujer hasta una calle oscura. La mujer se sintió intranquila en ese momento.

• Tranquila – dijo para intentar calmar a la mujer – solo quiero un poco de intimidad, tú me entiendes ¿no? – entonces rió nerviosa – tan bella, tan suave y dulce.
• Oh basta me harás sonrojar.
• ¿Por qué callar cuando se dice la verdad? – entonces miró a la mujer mostrándole sus verdaderos ojos.
• ¿Qué… eres? – Preguntó asustada la mujer.
• Tan… deliciosa. Lástima que seas mi comida – dijo justo antes de clavar sus colmillos en el hombro de la mujer.

Cuando terminó de alimentarse de la mujer, le atacaron.

• Asqueroso ser… - escupió con asco la mujer que ahora se encontraba frente a él. Y Seyong sonrió con sorna.

La mujer atacó con una daga intentando clavarla en su cuerpo, que la esquivó con facilidad. La mujer sacó una espada corta y se lanzó contra él. Seyong esquivó con habilidad cada uno de sus ataques mientras reía entretenido. Entonces lanzó su primer ataque directo al estomago de la chica quien se retorció de dolor, después atacó a su rodilla izquierda provocando que cayera de rodillas al suelo. Y aprovechando la sorpresa de la mujer le arrebato la espada y la colocó en su cuello.

• Si no puedes con el rival… no ataques – dijo divertido el pelirrojo. – de todas formas no podrías haber ayudado. Ya está planeado el ataque - Y sin más cortó su cuello dejando que el cuerpo callera al suelo con un ruido sordo.

Soltó la espada y llamó para que se ocuparan del cuerpo, le echó un último vistazo y regresó en busca de Insoo. Fue una noche entretenida y divertida que su demonio estaba necesitando. Su cuerpo le pedía sangre y por fin la había tenido.

Seyong despertó en su cama con una sonrisa en los labios pensando en Chaejin. Por fin se había decidido, por fin había llegado ese día tan esperado por él. Y ahora nervioso, espera la llegada de del pelinegro. Todavía no sabe como se lo va a decir, pero solo espera no fastidiarla. Sentado en esa cafetería Seyong solo puede imaginar la expresión que Chaejin pondrá cuando se lo diga. Y al fin su pequeño entra con una sonrisa y que se ensancha al verle.

• Hola – saluda alegre el pelinegro.
• Hola, ¿cómo te ha ido en día?
• Extremadamente aburrido pero bueno… al menos ha mejorado algo – dice tímido Chaejin.
• De veras, que bien entonces ¿no? – dice sabiendo a que se refiere.
• ¿Has esperado mucho?
• No demasiado.

Llega el momento que Seyong considera el esperado, pero está tan nervioso que no sabe qué hacer siquiera. Solo comienza a respirar para tranquilizarse y al fin, se decide.

• Chaejin… yo, quiero decirte algo.
• Claro, dime.
• Verás la cosa es que tu… lo cierto es que tú me… me gustas desde que te conocí.
• Seyong – dice sorprendido el Chaejin, baja la mirada- pues, lo cierto es que, también me gustas – dice tímido.

Seyong solo puede sonreír, está inmensamente feliz porque su Chaejin le quiere. Y la tarde pasa entretenida para la ahora pareja, felices porque ahora tienen a su lado a una persona muy importante. Sin embargo llega la hora de despedirse y lo cierto es que ninguno quiere pero finalmente es Seyong quien se decide y con un tierno beso deja ir a su ahora novio.

Ahora Seyong camina feliz por las calles de Seúl de vuelta su casa, donde sabe, le espera una reunión muy importante y esperada. Algo que los demás, al igual que él también desean. Cuando llega a su casa se dirige al salón donde todos deben estas ya reunidos.

En el centro de esa sala Seyong puede distinguir a su líder. Kirion. Uno de los demonios más antiguos y experimentados, alguien a quien todos respetan y temen. Y cono sus palabras anima a todos, porque llega el momento del gran golpe. Un momento clave para nosotros. Y todos en aquella sala muestran su acuerdo con el líder.

• Porque ha llegado el momento, lo que estábamos esperando. Por fin demostraremos de que somos capaces y al fin nos respetaran. Y dejarán de perseguirnos, nos temerán. Y al fin podremos dejar de ir con miedo. Porque en mañana, correrá sangre, mañana es el gran día. Un amanecer rojo. ¿Desde hace cuanto no vemos eso? Derramaremos su sangre, les torturaremos, jugaremos con ellos y entonces les aplastaremos. Porque somos mucho más poderosos que ellos, simples humanos, que nos sirven de alimento. Su sangre llenará nuestras entrañas y daremos rienda suelta a nuestra furia. Preparaos, porque vamos a desatar… el Apocalipsis.

Gritos de júbilo se extienden por toda la habitación y una fiesta se desata para celebrar lo que el día próximo les tiene preparado.

Tarde en la noche Seyong se encamina a la casa de Chaejin, tiene localizada su habitación desde que viene todas las noches a verle dormir. La ventana de su habitación está abierta y con un ágil salto el pelirrojo entra en la habitación sobresaltando al pequeño pelinegro.

• Seyong…¿qué haces aquí? Si alguien te ve…
• No te preocupes – el pelirrojo se acerca a Chaejin y le besa, le gusta su sabor y desea probarlo, los dos permanecen pegados mientras dura el beso- mañana no podré ir a la cafetería – dice Seyong separándose
• ¿Y eso?
• Tengo algo importante que hacer y no podré ir. Tengo que preparar algo.
• Está bien, pero nos vemos el día siguiente ¿no?
• Claro que si, allí estaré – y con un nuevo beso se despide de su novio y se va por la ventana de nuevo. Dejando a Chaejin pensando en ese escaso y secreto encuentro.

Por fin llega la noche después del día, y con ella lo que tanto esperaban Seyong y sus compañeros. Que ansiosos salen en dirección a su objetivo, en esa noche clave para ellos.

Caminaban en silencio en la noche, dirigiéndose a su objetivo. Seyong se veía emocionado, por fin tenían caza tras un largo tiempo. Otros de sus acompañantes murmuraban emocionados como torturarían a sus víctimas. Esos cazadores, llevaban tiempo deseando echarles el guante. Ya podía imaginarse las caras de miedo de los cazadores sorprendidos por ese ataque inesperado.

El frío viento de esa noche de otoño de Seúl no loes impedía acudir a su objetivo. El frío viento chocaba contra la piel de sus rostros y las hojas de los arboles caían al suelo cuando el viento las sacudía. Las farolas iluminaban las calles de esa solitaria ciudad a tales horas de la noche. Y el próximo amanecer sería rojo. Rojo como la sangre que derramarían esa misma noche.

En los ojos de Seyong podía distinguírsela emoción, la sed de sangre. Sangre de esos desafortunados que se encontraran con él. Sangre que correría a través de su garganta. Y finalmente cuando acabasen con ellos quemarían ese lugar y continuarían con sus vidas.

Entonces la imagen de Chaejin apareció en su mente y no pudo evitar aguantar una sonrisa. Estaba deseando verle mañana. Volver a besar sus labios. Seyong regresó a la realidad, debía concentrarse en la tarea que ahora tenía entre sus manos. Cuando tuvo el edificio enfrente de sus ojos, su mirada cambió radicalmente. De una de emoción a una de preocupación. No podía ser cierto, su Chaejin no, ahí vivía Chaejin. Entonces eso quería decir… que él era un cazador. Era un cazador… Realmente Seyong estaba en shock, pero ya no podía hacer nada.

Lo que si tenía claro el pelirrojo era que debía encontrarlo antes que cualquier otro. Mientras los demás a su alrededor se regocijaban impacientes mientras esperaban el momento preciso para entrar.

Y finalmente el momento llegó.

Una ola de destrucción se desató en aquella casa entre los atacantes y los que se defendían, entre gritos de júbilo y de rabia. Cadáveres de las diferentes partes caían inertes al suelo. Sangre.

Mientras Seyong buscaba a su pequeño Chaejin para sacarlo de allí. Pero uno de esos cazadores se coló en su camino y tuvo que dejar a un lado su tarea principal.

Puñetazos, patadas, rodillazos, un puñal… Una batalla que Seyong quería terminar lo más pronto posible. Un corte en el brazo, un labio partido y finalmente lo consiguió. Ha conseguido enfadarle, responde entonces a cada uno de los golpes para finalmente clavar sus colmillos en el cuello del desconocido cazador. Siente el sabor de la sangre entrar en su boca (es dulce) y siente como baja por su esófago y su víctima sabe que todo ha acabado para él.

Seyong disfruta ese momento, su demonio lo necesitaba. Pero entonces le ve. Chaejin le mira fijamente, está sorprendido y sus ojos llenos de lágrimas por que entiende lo que ve. Lo que eso significa. El pelirrojo deja caer el cuerpo de su víctima, todavía hay sangre en la comisura de sus labios.

Es en ese momento cuando ve que Insoo se acerca a él y Seyong corre porque sabe que si llega tarde le perderá, perderá lo que más le importa, así que corre todo lo que puede y finalmente se interpone entre los dos.

• Seyong, aparta – dice Insoo con ira- es solo un asqueroso cazador. ¿Se puede saber qué te pasa?
• Insoo no quiero atacarte. Ve a atacar a otro.
• ¿Te has vuelto loco? – Insoo sorprendido, no puedo creer lo que su amigo dice.
• Insoo, por favor…
• Eres un traidor. Estas defendiendo a un cazador. Te matará en cuanto tenga una oportunidad – pero Seyong sigue firme entre los dos, con un Chaejin sorprendido por lo que ocurre- entonces debes morir – dice Insoo lanzándose contra su amigo.

*******

Seyong empuja a Chaejin y le dice que se esconda en la habitación de al lado. Y el inexperto cazador hace caso de lo que el pelirrojo le ha dicho. Pero todavía está sorprendido y no puede creer que Seyong, su Seyong sea un demonio. Y siente muchas emociones encontradas, por una parte traicionado y engañado por lo que ha resultado ser su novio, por otra está agradecido porque a pesar de todo le defiende incluso de su amigo y porque ahora será considerado un traidor por esa relación.

Sin embargo, sabe lo que eso significa, él también será en traidor si le sigue ahora. Y quiere hacerlo, pero otra parte de él no, porque ha visto como mataba a Gunwoo. Ahora sabe lo que es capaz de hacer y una parte de él le teme.

La puerta de la habitación se abre dejando paso a Seyong. Y una parte de él siente alivio. Alivio de que sea él quien esté vivo, alivio de que sea el él que ha entrado por la puerta. Acto seguido el pelirrojo comienza a examinar la habitación buscando algo.

• ¿Qué buscas? – dice Chaejin con cuidado
• Algo para salir que aquí sin tener que atravesar más demonios – dice Seyong serio
• ¿Qué ha pasado con tu amigo?
• Ya no volverá a molestar.
• Pues nuestras armas personales y todo eso está en el contra fondo del armario.

Seyong comienza a examinara todo lo que el cazador tiene en el contra fondo del armario hasta que encuentra lo que necesita. Abre la ventana y examina el exterior y coloca la cuerda para poder bajar. Una vez abajo Chaejin los conduce hasta una salida trasera que lleva a un sendero por el que podrán huir.

Los dos amantes recorren el sendero alejándose de la casa donde el fin del mundo parece haber llegado. Caminan en silencio, ninguno sabe que decir y tampoco saben a donde les llevará ese sendero, simplemente esperan encontrar algún refugio para pasar lo que queda de noche. Finalmente encuentran una pequeña cabaña en mitad de ese bosque. Seyong examina la cabaña que está en buen estado y finalmente le da el paso a su cazador.

Los dos se quedan callados, mirándose, sin saber que decir. Quieren hablar pero a ninguno le salen las palabras, que se quedan atrapadas en sus labios.

Pero es finalmente Seyong quien se decide a hablar.

• Chaejin, yo… verás para mi nada ha cambiado – dice el pelirrojo mirándole fijamente a los ojos- Yo sigo queriendo estar contigo. Mira, no me importa que seas mi enemigo, no me importa que seas un cazador, no me importa romper todas las reglas y convertirme en un traidor si estoy contigo. Yo lo tengo claro.
• Seyong… - dice solamente el pelinegro.
• ¿Quieres estar conmigo o no? Después de lo que sabes, de lo que has visto. Aun así… me quieres.
• Verás, una parte de mi insiste es alejarse de ti…
• ¿Y la otra?
• Te quiere a mi lado. Pero tú, eres un demonio y yo lucho contra ellos y además acabas de matar a mi amigo…
• Chaejin, escúchame. No tenía ni idea de a dónde íbamos. Y cuando he visto tu casa, el miedo me invadió y solo pensé en sacarte de allí, encontrarte y sacarte de ese lugar. Pero él se puso en mi camino y no podía dejar que nada te ocurriese. Y sí lo he hecho, no me quito que la culpa, pero Chaejin. También he matado a mi amigo. Por ti. Y mataría a muchos otros también si lo intentasen.
• ¿Sabes? La parte que te quiere a mi lado… es la más grande. Y me has protegido, y se que lo harás siempre – dice el pelinegro emocionado.
• Oh, Chaejin… pero si de verdad te quedas conmigo, no podrás decirle a nadie lo que eres. Porque no encontraremos con más demonios y deben pensar que solo eres un humano más con el que estoy jugando.
• ¿Juegas conmigo? – dice Chaejin divertido
• Por supuesto que no. ¿Estás de acuerdo?
• Si. Pero yo… quiero estar contigo siempre. Quiero ser como tú para que estemos juntos siempre.
• Pero tú luchas contra los demonios ¿no?
• Sí, pero tu tienes más vida que yo. Yo moriré en seguida.
• Bueno. Eso lo decidiremos en el futuro.
  
  
  Hyuna