viernes, 11 de octubre de 2013

You only have one chance... (Capítulo final)

Autora: Daleth (@_anothershadow)
Participantes: Kai, Lay, ChanYeol, Kris (EXO), MinAh (Girl's Day), Joon (MBLAQ), JunHyung (B2ST), HeeChul (Super Junior), MinHo, TaeMin (SHINee)
Género: angst, crime, drama, mystery, general
Advertencias: muerte de un personaje, violación NO explícita, tortura, lemon, lenguaje soez
Autorización: +18
Sinopsis:
"SeoWon era un lugar complicado, él lo sabía mejor que nadie... Se conocía sus calles como la palma de su mano, había jugado con fuego en sus rincones más oscuros y más de una vez se había quemado. Pero estaba vivo, más vivo que nunca en su maldita vida. Había escapado de ese agujero que lo consumía lentamente y ahora era libre, libre para hacer todo aquello que las eternas palizas le habían impedido, libre de limpiar sus manos de los restos de sangre seca, libre para contar su historia... Tal vez no es bonita, tal vez es demasiado dura, tal vez no hay un amor verdadero escondido entre sus líneas, pero es su historia. ¿Estás dispuesto a escucharla...?"




Capítulo 17


 – ¿Tan mal hermano soy?


La pregunta que durante días había estado torturando a HeeChul flotaba en el aire, a la espera de una respuesta por parte de su interlocutor.


No lo sé, hyung... –el suspiro pesado que había resonado al otro lado de la línea no era lo que él esperaba escuchar.


El Kim tragó saliva, cambiándose el auricular del teléfono de oreja porque comenzaba a dolerle. Llevaba ya al menos una hora hablando con JunHyung cuando había dejado escapar su mayor duda, haciendo aflorar todos sus miedos.


HeeChul sabía que no era el hermano perfecto, que no había estado con JongIn cada vez que lo había necesitado, que había cometido muchos errores, pero... ¿realmente era tan malo?


– JunHyung, llevamos juntos desde que nacimos prácticamente, me conoces tan bien como mis hermanos... –insistió–. ¿Te parezco tan malo?


Yo no pienso que seas malo, pero...


– ¿Pero?


Ya no sé qué pensar, hyung... Todo está cambiando demasiado rápido, nada es como antes. Ya sabes... la mafia pierde poder a pasos agigantados y no podemos hacer nada por evitarlo, JongIn parece distinto, la última vez que hablé con Joon estaba cabreadísimo con todo y luego están esas cartas...


– Las cartas... por supuesto –HeeChul suspiró, eso era su perdición.


He escuchado que Choi MinHo también tenía una carta igual.


– ¿El asesino? –el mayor se incorporó en su asiento, alarmado al escuchar ese nombre.


El mismo... ha aparecido muerto en mitad de la calle, hyung. Como imaginarás no tardaron mucho en desvalijarlo, lo poco que quedaba era una carta con ese símbolo y unas cartas de tarot esparcidas por el suelo.


– ¿Crees que esa carta está relacionada con las demás?


¿Qué otra respuesta puede haber sino? Choi era un asesino y un torturador de chicas... ¿no crees que puede tener algo que ver con la que hizo la matanza?


– ¿Esa chica a la que protegió JongIn? –HeeChul se acarició el puente de la nariz, ¿qué relación podía tener aquello?–. Pero Choi nunca dejaba supervivientes. ¿Hacerle algo y dejarla viva? Sería muy arriesgado, ¿no?


No sé... ¿y si no estaba solo?


– Me da la sensación de que Choi era de esos que no aceptaban acompañantes...


Quién sabe... Lo que está claro es que debe haber alguien detrás de todas las cartas, alguien lo suficientemente listo como para adelantarse a nuestros movimientos, como para saber cómo actuamos y cómo reaccionamos ante lo mismo.


– Entonces tiene que ser alguien manipulador e inteligente, muy inteligente.


Puede que lleve planeando años todo esto.


– ¿Puede ser por venganza? Creo que es el único sentimiento lo suficientemente fuerte como para llevarte a crear un plan tan retorcido y complicado, ni siquiera por poder te complicas tanto la vida...


Puede ser alguien de la casa Tang... Es decir, llevan años intentando acabar contigo, hyung.


– Cierto, y sus trabajos son siempre muy laboriosos... Tiene sentido... –HeeChul volvió a relajarse, echándose de nuevo en el sillón y apoyando su brazo libre en el reposabrazos–. Mañana por la mañana mandaré a un grupo a China para que investiguen.


Es lo mejor que puedes hacer de momento. Ahora vete a descansar, mañana te espera mucho trabajo –el Kim no lo veía, pero sabía que JunHyung estaba sonriendo por el tono de su voz, haciéndole sonreír instintivamente en respuesta.


– Lo mismo te digo, Junnie. Buenas noches.


HeeChul estaba a punto de colgar cuando la voz de su amigo lo interrumpió.


¡Hyung! No eres un mal hermano, de verdad, para mí eres el mejor.


– ¿A qué viene eso? –rió.


Sentía la necesidad de decírtelo, no quería que te quedaras con la duda.


– Gracias, Junnie, no sé qué haría sin tu apoyo –sonrió como hacía años que no lo hacía, sintiendo a su viejo yo renacer lentamente, despertando de su perezoso sueño–. Buenas noches –y colgó.


El Kim se sentía muchísimo más relajado después de aquella conversación con el que había sido uno de sus mayores apoyos durante toda su vida. La opinión de JunHyung era prácticamente vital para él... Eran demasiados años juntos, demasiados momentos vividos como para no tenerlo en cuenta aunque fuese mínimamente.


Lentamente se desabrochó la corbata, dejándola tirada en el suelo sin mucho cuidado. Había sido un día muy largo y tenía ganas de descansar aunque siguiese en su despacho rodeado de papeles que revisar e informes que completar. Todo lo que había ocurrido los últimos días le había hecho olvidar que aún tenía trabajo.


Cerró los ojos, imaginando que no estaba ahí dentro, imaginando que tal vez trabajaba como abogado después de haberse graduado en la universidad y que cuidaba de sus hermanos menores, quienes deberían estar estudiando dentro de su mundo de sueños. Pero no era así, ni sería así nunca... Tal vez se estaba torturando con lo que podría haber sido, tal vez eso no era bueno, tal vez se volvería loco si continuaba así...


HeeChul frunció el ceño mientras intentaba dejar la mente en blanco. No era muy bueno en eso de relajarse, pero al menos él trataba de conseguir que en su imaginación no se dibujara ninguna línea de tiempo, que ninguna figura pudiera empañar su fuero interno, que ninguna escena reviviera recuerdos intensos. Y parecía que esa vez lo estaba consiguiendo.


El sonido de su respiración cortaba el silencio de la enorme habitación junto con el leve crujir de algunos de los muebles, sus músculos se destensaban lenta pero inexorablemente, como si ya no hubiera marcha atrás, y su cuerpo parecía empeñado en dejarse llevar por Morfeo por algunos minutos. Pero algo no iba bien, había algo que le impedía relajarse por completo.


HeeChul permanecía inmóvil en su postura, pero su sentido auditivo estaba más alerta que nunca en su vida. Cada mínimo sonido, cada crujido, cada pequeño ruido llegaba hasta él con una intensidad que creía imposible. Parecían pasos, sentía la respiración de alguien más, no estaba solo... Era completamente normal, ¿pero por qué esa persona no se movía de su sitio? Parecía permanecer en un único lugar sin moverse... Quizá solo eran imaginaciones suyas, porque aquello no era normal.


Cuando estaba a punto de olvidarse de la supuesta presencia ajena, el ruido de una suave pisada lo alertó de nuevo, haciendo que tensara los músculos de los brazos, agarrándose con fuerza al sillón. Trató de mantener los ojos cerrados, lo mejor era pretender que no sabía de la otra persona, pero HeeChul no estaba por la labor en ese momento.


Antes de ser consciente de su reacción, el Kim se había puesto de pie abruptamente, encontrándose con JongIn en la entrada de su despacho.


Suspiró, ¿es que ese maldito niño no sabía el susto que le acababa de dar?


– ¿Qué demonios haces aquí a la una de la mañana, JongIn? Deberías estar durmiendo –se acarició con suavidad las sienes, tratando de recuperar la respiración, y volvió a sentarse.


Como única respuesta el menor se encogió de hombros. HeeChul no se extrañó al ver esa reacción y tampoco iba a exigir una respuesta más satisfactoria, Kai era así, no iba a cambiar, era hombre de pocas palabras hasta que se enfadaba y te gritaba lo primero que se le viniera a la mente.


– ¿Quieres algo? –insistió.


– Tengo una conversación pendiente contigo.


– Siéntate –asintió el mayor, a lo que el otro se rehusó negando con la cabeza.


Si se sentaba acabaría bajando la guardia y todo podía irse a la mierda. Había llegado allí con una idea en mente muy clara y simple, no iba a permitir que fuera sustituida por palabras bonitas, esa vez no se iba a dejar manipular por HeeChul.


– Como prefieras –suspiró el mayor–. ¿Qué quieres ahora, JongIn?


Kai sonrió inconscientemente al escuchar la pregunta de su hermano, ¿por dónde debía comenzar?


– ¿Lo que quiero...? Sinceramente, quiero muchas cosas…


– Ya conoces las reglas, JongIn, solo una cosa –HeeChul lo miraba por encima de sus manos cruzadas frente a su rostro, curioso ante aquello que le iba a ser pedido.


– Lo sé –murmuró el menor con una mueca de desaprobación bailando en sus labios–, por eso llevo años pensando lo que te voy a decir ahora, HeeChul.


El Kim mayor se sorprendió ante semejante confesión.


– ¿Tantas molestias solo por mí?


– Es que no es por ti, es por mí, HeeChul… Esa es la pequeña diferencia entre nosotros, yo no pienso que absolutamente todo gira a mi alrededor, que soy el ser más importante sobre la faz de la Tierra. Yo tengo sentimientos más allá del narcisismo.


– ¿A dónde pretendes llegar, JongIn?


– Con lo inteligente que eres y aún no te has dado cuenta –rió, negando suavemente con la cabeza–. ¿No decías que era un niñato sin cabeza, que no era capaz de hacer nada por mí mismo? Pues tengo algo que decirte, HeeChul… jaque mate


Kai acarició cada sílaba, cada letra, cada sonido que salía de su garganta con dulzura, saboreando la victoria, mientras levantaba una pistola de nueve milímetros con vehemencia.


El Kim mayor abrió los ojos sorprendido, pero sin moverse un ápice. No iba a negar que jamás se habría esperado que su hermano pequeño lo apuntara con un arma, pero sabía cómo debía comportarse en situaciones así, y alarmándose no iba a lograr nada.


Dejó caer sus brazos flojos sobre su regazo, tanteando con cuidado bajo la madera pulida del escritorio. Desde que mataron a su padre en su propio despacho, había instalado una alarma silenciosa para casos como ese en los que estuviera en peligro.


– Yo que tú no haría eso.


– ¿De qué hablas? –HeeChul trataba de aparentar impasibilidad.


– Conmigo no vale eso de hacerte el tonto, te conozco demasiado bien… Deja de buscar la alarma y pon los brazos en alto –ordenó serio.


El mayor se le quedó mirando fijamente, ¿debía obedecerlo? HeeChul sabía que no bromeaba, jamás había visto tal decisión reflejada en los ojos negros de su hermano menor. Y también sabía que, si era así, no era buena idea tratar de cambiar las tornas, a JongIn no le gustaba jugar.


Con un suspiro resignado, se puso en pie y se llevó las manos a la parte posterior de la cabeza. No pensaba suplicarle, no iba a llorarle, no iba a implorar un perdón que no sabía si merecía. Si tenía que morir, moriría con la cabeza bien alta.


– Al menos dime por qué, JongIn.


– Porque lo mataste... Mataste a la persona más importante de mi puta vida, HeeChul... Mataste a mi otra mitad, a mi mellizo... ¿Qué te había hecho TaeMin? –Kai era consciente de que comenzaba a temblar a causa de las lágrimas que se acumulaban lentamente, anegando sus ojos oscuros sedientos de venganza.


El mayor bajó la cabeza, incapaz de mantener esa mirada acusadora, y dejó caer sus brazos lánguidamente. Con tranquilidad, HeeChul retomó su puesto en su sillón, relajando sus músculos al sentir la suave superficie.


– Si vas a hacerlo, hazlo ya –dijo con simpleza, su mirada fija en aquella foto que años atrás se tomaron ChangSeon, TaeMin, JongIn y él. Si se tenía que ir, que fuese con un recuerdo bonito en su mente y no con su hermano menor apuntándole.


– ¿No piensas hacer nada? ¿Ni siquiera me lo vas a explicar?


– No, porque no hay nada que justifique lo que hice, JongIn... –suspiró de nuevo–. Que sea rápido, por favor.


HeeChul había cometido un error, había cometido el error de menospreciar y minusvalorar a su propia familia, a sangre de su sangre. Había acusado a Joon, había asesinado a sangre fría a TaeMin y había tomado por tonto a JongIn.


Había tardado en darse cuenta de que había sido su menor el responsable de todo. Él había escrito esas misivas, había jugado con personas mentalmente inestables, había echado sus cartas y rezado a la suerte para que le fuera favorable; y lo había logrado...


– Pero antes... quiero que sepas que me siento muy orgulloso de ti, JongIn... Si alguien podía acabar conmigo, ese eras tú... Eres un verdadero Kim, enhorabuena.


El menor apretó con fuerza la empuñadura de su arma. ¿Por qué le decía todo eso? ¿Por qué le hablaba con cariño? ¿Por qué lo miraba con orgullo? ¿Por qué ahora que había tomado una decisión, cuando ya no había marcha atrás?


– Nos veremos en el infierno, hyung –murmuró con voz queda, intentando controlar sus lágrimas.


– Lo estaré esperando con ansias.


Kim HeeChul sonrió, era feliz... Feliz porque sus tormentos iban a acabar, porque no volvería a sentir el peso de la culpabilidad doblegando su voluntad. Su sonrisa duró un segundo, lo que tardó la bala en consumir la distancia que la separaba de su destino, pero ahí estuvo, flotando en el aire.


Kim HeeChul murió, pero murió feliz. Murió con el recuerdo de sus amados hermanos en mente, con el orgullo por JongIn brillando en sus ojos y el cariño hormigueando en sus labios.


Kim HeeChul se esfumó en el momento en el que la bala atravesó el centro de su frente despejada de miedos e inseguridades.


* * *


JongIn se quedó unos segundos inmóvil aún con la pistola en alto, cayendo su brazo con suavidad por el peso de la propia arma. Lo había hecho, lo había hecho... Después de tantos años planeándolo, de tantos sacrificios, de tantos riesgos... había vengado la memoria de TaeMin. Pero aún no era consciente de lo que acababa de hacer.


Tiró la pistola a un lado cuando su mente terminó de procesar aquellos eternos segundos y cayó al suelo de rodillas. Había matado a su hermano, a la persona que había dado tanto por él aunque al principio no lo hubiese querido ver.


Se tapó la cara con vergüenza, era una persona repugnante... Ahora era como HeeChul, era un asesino sin escrúpulos, frío y calculador, era un Kim...


Y lloró... Kim JongIn lloró como no había llorado en su vida. Lloró por la muerte de HeeChul, lloró por sus manos manchadas de sangre, por la desaparición de Joon, derramó todas aquellas lágrimas que una vez guardó para TaeMin. Sin embargo, no era momento para lamentaciones, ya no había marcha atrás.


Aún temblando, Kai se puso en pie y se acercó al sillón que ocupaba HeeChul de forma elegante, como siempre había sido, girándolo hacia el gran ventanal que estaba a su espalda. Al mayor siempre le había gustado girarse y mirar los jardines delanteros de la casa desde allí, recordó.


Después, salió del despacho, cerrándolo cuidadosamente, y llamó a KyungSoo, quien no tardó en aparecer.


– ¿Está bien, señor? –el muchachito no era capaz de ocultar su preocupación por la persona con la que había compartido casi toda su vida.


– No es momento para eso, KyungSoo –le restó importancia–. Necesito que saques a todo el personal de aquí.


– ¿Disculpe?

– Tenéis todos media hora para recoger vuestros objetos personales e iros. Podéis llevaros lo que os dé la gana de la casa.


– Pero...


– Nada de peros, KyungSoo. Es una orden, y estoy seguro de que no quieres desobedecer al nuevo patriarca Kim.


El chico no volvió a mediar palabra, no era quien para discutir con un Kim. Tan rápido como sus cortas piernas se lo permitieron, llegó a la zona de los criados y dio la voz de alarma, pasando después por los puestos de seguridad para que avisaran a todo el mundo.


JongIn se dirigió a su dormitorio en cuanto perdió de vista a KyungSoo para recoger la maleta que había hecho previamente. Apenas llevaba cosas, solo algo de ropa, fotos y todo el dinero que había ahorrado. Como era una bolsa deportiva se la colgó al hombro y salió de allí.


Esperó pacientemente a que el plazo de tiempo que había dado se cumpliera y bajó a los sótanos a recoger las latas de gasolina que sabía que guardaban. Con extrema lentitud, como si fuera el trabajo más laborioso y peligroso del mundo, JongIn fue derramando el contenido de las latas rojas por diversas zonas de la casa; el despacho de HeeChul, el dormitorio de Joon, el suyo propio, la sala de interrogatorios, el salón, el comedor... Y, usando la gasolina que aún le sobraba, hizo un camino desde la última habitación hasta la entrada principal.


JongIn alzó la vista contemplando la casa tanto como podía ya que sus ojos no lograban abarcar toda la fachada. Sonrió algo melancólico, romper dieciocho años de vida no era sencillo...


Sacó un cigarrillo del paquete que guardaba en su inseparable chaqueta de cuero y lo encendió con aquel mechero zippo plateado que HeeChul le había regalado apenas unos meses atrás. Encendió su cigarro, dándole una lenta calada que sabía a adiós y alzó de nuevo la vista, esta vez enfocándose en el gran ventanal que sabía que daba al despacho de su hermano. Con un gesto de dedos se despidió de él, puede que ya no lo viese, pero no se iba a marchar sin decirle adiós por última vez en su vida. Después, dejó que el mechero encendido se escurriese entre sus dedos hasta abrazar con su candente cuerpo la gasolina que se escurría por el suelo. En cuestión de segundos la casa ardía con fuerza.


JongIn se dio la vuelta y emprendió su camino fuera de los terrenos de la casa. Después de tantos años, la familia Kim estaba a punto de desaparecer por completo. Ya no habría más mafia, se acabaron las palizas, las extorsiones, las amenazas... ya no quedaba nada.


La vida de los Kim se consumía lentamente con cada calada, derritiéndose en el paso de los eternos segundos, cayendo al suelo de la vida como la ceniza que se escurría entre los dedos de aquel simple espectador.


Ahora JongIn, el niño que aún escondía en su pequeño corazón palpitante, se abría paso entre las sombras y los secretos, asesinando la agónica presencia de Kai, arrastrando tras sus pequeños pasos los escombros del apellido Kim.



Kim JongIn ya no era Kim JongIn, pero tampoco Kai. Kim JongIn ya no era nada.
¿Fin?


Con esto ya casi puedo dar por finalizado mi fic ya que solo queda el epílogo ;; Así que agradecería mucho que mis lectores salieran de sus escondites y me dijeran qué les ha parecido, aunque solo sea ahora al final y me digan un "me gusta", a mí me vale >//<

Y bueno, este capítulo se lo quiero dedicar a mi dongsaeng/KaiSoo hard shipper/Mojabragas de Yixing (?) Biela. Muchas gracias acompañarme en esta historia desde el principio, de verdad.

2 comentarios:

  1. YO SABÍA QUE ESTO IBA A PASAR, YO SABÍA QUE KAI MATARÍA A HEECHUL, Y QUE LA CASA INCENDIADA ERA LA DE LOS KIM... -baila sobre las cenizas de HeeChul como dijo antes- /o/ \o/ \o\ \o/
    Anda, que... siento que me vas a hacer bullying (?) pero, ¡¿Qué te pasa Kim HeeChul?! ¿POR QUÉ MIERDAS SONRÍES CUANDO KAI TE VA A MATAR? ¿POR QUÉ? TE ODIO, JODER. -le entra la crisis porque le dolió que sonriera estando a punto de morir-.
    Y jaja... jajaja... JAJAJAJAJAJA. No me jodas, Aura. Me ha dado dolor de cabeza y todo e_e osea, srsly? ¿Kai? R U FUCKING KIDDING ME? -le entra la crisis de nuevo-. Osea... A ver... se me hará difícil explicarte esto: Kai siempre me pareció un amorcito, super bonito, bebé, que yo le daba amor y de todo, hasta a KyungSoo *se le sale lo shipper* (?) pero... en el fondo, muuuuy en el fondo, yo sabía que Kai era un puto genio que estaba tramando todo. Que vale, que nunca dije "OH MAI GAH, ES KAI EL MISTERIOSO", pero desde que salió eso de que HeeChul mató a TaeMin, yo solo pensaba "Ostios, era su mellizo, es imposible que no esté tramando nada, seguro va a matar a HeeChul" y CHAN CHAN. Me leí el prologo y de una fue como: Es la casa de los Kim y el cuerpo es de HeeChul porque éste genio lo mató.
    No te lo dije, pero te dije que Kai era el del inicio -mi error, oc- porque por lógica saqué que Kai siempre había querido ser... Bailarín, o cualquier cosa, y como decía que tenía mucho dinero y tal... y eso de que "tal vez no hay un amor verdadero escondido entre sus líneas" PUM Yixing.
    Voy a shorar, so hard, so hard, porque mi KyungSoo al fin se ha separado de JongIn ;; el pueblo quiere KaiSoo, Aura. I WANNA. (???) -not really-.
    Todavía... mh... no estoy muy segura... siento que me aprovecharé si te pregunto, pero... ¿para qué Kai sacaba las fotos?
    Vale, que el torturaba a las personas porque quería que sintieran lo que él *creo*, porque evidentemente perdió la cordura -y con razón-. Aún así, mi teoría es que... mh... si él tenía esas fotos -las de TaeMin-, y él quería que las personas sintieran lo que él, ¿por qué no pasar por TODO lo que él exactamente? Es decir, con un recordatorio eterno de su sufrimiento también...
    Si me equivoco, me gustaría que me lo explicaras, porfi ♥ ;;
    Y bueno... creo que lo dejo hasta aquí.
    CREO que éste no me ha quedado tan largo como el anterior xD lo siento por dejarte escrita la biblia, pero como te dije antes, con éste fic siento cosas que no siento con otros, y tengo la necesidad de decirte todo lo que pienso al respecto porque luego no puedo estar tranquila, jeje ^^
    Creo que si no tuviese dolor de cabeza -ih, es en serio, me duele TT-, hubiese derramado unas cuantas lágrimas por HeeChul, entonces mi comentario sería MÁS largo y lleno de lloriqueo (?).
    Y JODER, QUE ÉSTE PUTO FIC MOLA UN HUEVO. (?????) ¿Lo he dicho bien? Creo que una vez dijiste algo similar xD en fin, te quiero decir que, de verdad, DE VERDAD, éste fic es uno de los pocos que he leído que está tan bien estructurado. Toda la trama y uff, que me hice un lío desde el comienzo y eso lo sabes tu bien LOL. Hago especial énfasis en que está realmente... "increíble" -vamos a decirlo de ese modo-, porque no quiero que creas que por ser mi amiga es que te ando tirando rosas, no, nope. Te lo digo desde el punto de vista de lectora, de tu lectora nomber uán desde que te conocí, ¿vale?~
    Me voy a llorar y poner de ghei porque me dedicaste éste capítulo, Aurita Ancianita Bonita ;;;; No me agradezcas, gracias a ti por compartir ésta historia y seguir hasta el final (...casi, que aún queda el epílogo, jojo, mi bebé dsfjopdfm). No podría abandonarte así como así, never ♥ ;; dfskljdfs y ya dejo de darle larga a ésto.
    ¡Realmente he quedado encantada! Espero con ansias el epílogo > < -apapacho- Gracias, mi bonita, te quiero un montón~~ ♥♥♥

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    1. ¿SI LO SABÍAS POR QUÉ NO ME LO DIJISTE? D: Ahora va a resultar que lo sabías todo (?)

      Porque si no sonríe, no es Kim HeeChul, pls (?) Él muere a lo grande, como tiene que ser. Y que no te entre tanta crisis, que al final vas a acabar (aún más) loca 8(

      Y me repito: ahora va a resultar que lo sabías todo y me tenías engañada (?) Bueno, claro, que cuando se descubre lo de Taemin y aparecen esas fotos en el cuarto de Kai te hace sospechar mucho, por eso está aquella escena en la que Jongin aparece malherido (???) *en su mente encaja* Y si lo piensas, también es sospechoso que sea Jongin el que le dé información a Yixing y el que libre a Minah de la policía y también es sospechoso que Lay le dijera eso de "lo sé todo" *ya que está se lo cuenta todo* XD Así que lo de aparecer echo polvo con una carta fue para desviar la atención de él, que lo sepas, eso no tiene importancia (?) Es más, yo me lo imaginaba como que Jongin se pegaba a sí mismo contra la pared XDDDDDD

      Una vez se termina el fic, el prólogo cobra sentido, lo sé XDD Lo hice así a propósito, para que al final te sintieras inteligente atando cabos y relacionando todo con el prólogo (?) Y una cosa... ¿en qué quedamos? ¿XingKai o KaiSoo? Que me empiezas a liar con tus ships (?) Y EL PUEBLO NO QUIERE KAISOO PORQUE A MÍ NO ME SALE DEL TECLADO (????????) Ea, he dicho XDDD Sabes de sobra que no me gusta el KaiSoo D:

      Te lo explicaría, pero no me he enterado de una mierda XDDD Las fotos de Taemin que tiene Kai las robó del despacho de HeeChul, HeeChul era quien las había mandado hacer porque le gustaba tener pruebas de todos los trabajos que hacía (cosas de mafiosos (?)) En serio, me lo he leído unas pocas veces pero no me entero de lo que me quieres preguntar XDDD Si puedes y lees esto, por favor, explícamelo de nuevo y te contesto >w<

      No me importa que me escribas una biblia, a mí me encanta ;; Porque eso demuestra que gastas una parte de tu tiempo solo en mí y en mi historia lo cual aprecio muchísimo porque poca gente lo hace ;;;;;;;;; Ya te he dicho muchas veces que amo tus comentarios ♥

      Una lástima, me habría gustado hacerte llorar con mi fic XDDD *de verdad esperaba que alguien llorara* However, espero que se te pasara pronto el dolor de cabeza y que ya estés mejor ;;

      Lo has dicho muy bien XDDDDDDDD Siempre digo cosas así, me sorprende que te lo sepas LOL ¿Sabes? Me voy a imprimir este párrafo, en el que dices que te ha encantado de verdad mi fic y lo voy a colgar en mi cuarto para leerlo cada vez que me entre el bajón porque ugh... Es precioso todo lo que me dices y no sé cómo agradecerte todo tu apoyo y todo el cariño que me has dado ;;;;;;;;;;;; ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ De verdad, no sé qué sería de mí sin tus comentarios locos y ahora me alegro mucho de haber comenzado a publicar fics de SHINee en Amor Yaoi y haberte conocido y haberte escrito aquellos dos TaeKey XDDDD Eres maravillosa, en serio.

      Llevaba ya tiempo diciéndote que te iba a dedicar un capítulo y por fin lo he hecho xDDD Qué mejor que dedicarte el último, no? >//< Por supuesto que te agradezco y lo voy a hacer siempre, porque has estado siempre, en los últimos capítulos has sido la única que me ha comentado y eso para mí es muy importante ;; Soy escritora, vivo de lo que los demás piensan o dicen sobre mis historias, por eso para mí es tan importante haber contado con tu apoyo siempre ♥

      Tenía preparado subir el epílogo el 16, o sea, el miércoles que viene, pero creo que lo voy a subir mañana porque para ese día habré comenzado a estudiar y no tendré tiempo ;; Tómate este adelanto como un regalo de final de fic (?) XD

      Gracias a ti de nuevo. I love you~~ ♥

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