viernes, 22 de agosto de 2014

금지 된(Forbidden) - Capítulo 7

Autora: G.ell. (@Maria_BubbleTea)
Participantes: Ahn Jiae (OC/Fan), Hongbin, Leo, Hyuk, N, Ravi y Ken (VIXX) y Eunji y Kyungri (9Muses)
Género: Long-fic, AU, romance, angustia(ligero).
Advertencias: Lemon no explícito, mención de maltratos e intento de violación.
Autorización: +16.





   Abrió los ojos lentamente emitiendo un pequeño ruido al estirarse. Intentó mover las piernas, pero estaban enredadas con las sábanas. Miró a su alrededor confundida. Ropa por el suelo, la cama totalmente deshecha y ella completamente desnuda. Cuando intentó levantarse sintió un pequeño pinchazo en la parte baja del vientre y recordó lo ocurrido. Había tenido su primera vez con Hongbin, al menos como pareja. Antes de eso había perdido su virginidad con su anterior novio, pero desde entonces había pasado mucho tiempo, por lo que el dolor había aparecido como consecuencia. Volvió a acostarse con un suspiro. Hongbin se encontraba a su lado aún dormido, destapado de cintura para arriba. Observó unos minutos a su novio en completo silencio, tapándose a la altura del pecho algo avergonzada por su desnudez, hasta que su móvil comenzó a sonar. Encontró su móvil en su pantalón, tirado cerca de donde se encontraba la cama de Hongbin, y pudo contestar antes de que el móvil dejase de sonar. Por suerte tan solo se trataba de un mensaje de Leo.
Leo:
 ¿Qué has decidido hacer al final? ¿Le vas a contar a tu novio/hermanastro la situación con Hyuk?

 Miró a Hongbin dubitativa. ¿Debería contestar el mensaje y arriesgarse a que se despierte en medio de la conversación? Sí aquella situación se llegase a presentar había una posibilidad de que Hongbin descubriese todo. Bueno, nunca lo sabrá si no se arriesga.
Tu:
Le he dicho lo que debía saber. Sería demasiado arriesgado y muy doloroso para ambos contárselo todo, tan solo le he dicho lo necesario. No he mentido, solo he omitido algunos detalles. Se lo conté a mi madre y ahora dice tener solo un hijo, no quiero que él también me haga a un lado con tanta facilidad.
 No pasaron ni dos minutos cuando la respuesta de su amigo llegó.
Leo:
 Estamos hablando de la mujer que solo fue a juicio por tu custodia contra tu padre por hacerle la vida imposible por meses y después desatenderse de ti. Además, dejó bastante claro la poca cantidad de materia gris que su cabecita rubia tiene cuando ni si quiera se dio cuenta de tu tema con la depresión años atrás. ¿En serio me dices que hay una mínima posibilidad de que reaccione como ella? Si es así, déjalo antes de que te haga daño.
 Al recordar la situación tan crítica que tenía con su madre no pudo reprimir un suspiro ni que el nudo de su garganta aumentase. Desde el incidente con Hyuk y Taehyun su madre se había vuelto aún más distante con ella, muchísimo más desde la separación con su padre y los juicios por su custodia. Cuando ellos se separaron ella aún tenía 9 años, y aunque fue algo muy duro para sus padres, ella fue la que peor lo pasó. Su padre no parecía hacerla tanto caso como antes por culpa de su madre, y aquella mujer, si es que se la podría llamar madre, mostró cuan parecido su instinto materno era al de un tiburón durante ese tiempo. No fue de extrañar que callera en una depresión, pero por suerte su padre se dio cuenta y la supo ayudar… aunque más tarde él se mudaría a Londres y entonces ella se quedaría sola en una casa en la que vivían tanto su madre como su supuesto hermano mayor. Quien también tiene unos instintos fraternales dignos de un animal de sangre fría.
Tú:
 Tampoco me refiero a eso… pero prefiero prevenir que curar. Confía en mí, sé que puedo llevar esto por mí misma. Es Hyuk del que estamos hablando, no Taehyun. Mientras él o mi madre se mantengan alejados de mi vida, todo irá bien.
- Buenas tardes preciosa -.
 La nombrada soltó el móvil a la velocidad de la luz, dejándolo caer al suelo. No supo el lugar exacto en el que calló, y tampoco tuvo tiempo a averiguarlo. Hongbin se había despertado y la había atrapado entre sus brazos.
- B-buenas tardes – contestó un poco sobresaltada.
- ¿Te he interrumpido? – preguntó Hongbin aún medio dormido – Me pareció verte con el móvil, ¿hablabas con Thony? -.
- No, tan solo miraba la hora – murmuró Jiae intentando calmar su corazón.
 No hubo ninguna pregunta o comentario más de parte de Hongbin. Lo único que hizo fue abrazar a Jiae contra él con más fuerza, hundiendo su rostro en el cuello de esta, aspirando una buena bocanada de aire para después depositarla un pequeño beso en este. Ambos quedaron en es aposición por un buen rato, cada uno sumergido en sus propios pensamientos. Mientras ella se preocupaba por encontrar una solución rápida para el tema de Hyuk, Hongbin no dejaba de darle vueltas a los mensajes que leyó y la forma tan rara en la que Jiae se comportaba cuando la preguntaba por ese chico. Quizá estuviera imaginándose cosas, pero después de lo ocurrido con su última novia; si es que a esa mujer se la podía llamar de aquella manera; no podía evitarlo.
- Oye Hongbin – llamó Jiae de pronto; el solo murmuró algo contra su cuello – ¿Crees que podremos esconder lo nuestro por tanto tiempo? -.
- No voy a mentirte – Jiae se giró sobre sí misma para encarar a Hongbin y mirarle directamente a los ojos. Al parecer aquel tema le preocupaba tanto como a ella – Será difícil, pero lo haremos lo mejor posible. Al menos hasta la boda. Después podremos discutirlo mejor y decidir qué hacer -.
- No lo sé… - murmuró la joven acurrucándose contra el pecho de su novio.
- Deberíamos dejar de preocuparnos por ahora – susurró contra la cabellera de la chica, mientras enredaba sus dedos con la despeinada melena de esta.
- Ojalá fuera tan fácil para mí -.
- Mírame pequeña – Hongbin la hizo elevar el rostro por el mentón con firmeza pero sin fuerza - ¿Te arrepientes de lo que hemos hecho? -.
- No -.
- Entonces no hay nada por lo que preocuparse, ¿de acuerdo? -.
 Jiae dibujó una pequeña sonrisa mientras se juntaba contra el pecho de Hongbin. Aunque ella sabía que el chico tenía un tanto de razón no podía dejar de preocuparse. Sus padres volverían en cuestión de horas, puede que incluso ya estén a punto de llegar, y desde entonces deberán de mentirles a diario. Sin olvidar que también debía de esconder la verdadera identidad de Hyuk a Hongbin por miedo a que descubriera su lado oscuro y la abandonase.
 Pasaron en aquella cama, tumbados el uno junto al otro, dedicándose alguna que otra caricia y beso mientras hablaban, durante unas horas más antes de vestirse. Hongbin debía de ir a buscar a Ikky hasta la casa donde el cumpleaños de su amigo se celebraba antes de que sus padres volvieran; además también tenía que arreglar unos asuntos en el trabajo. Después de todo había faltado tres días completos y esos tres días debía de recuperarlos como pudiera. Jiae, en cambio, no tenía mucho que hacer. Ya había hecho todas las tareas atrasadas gracias a que una compañera se las había mandado por correo electrónico y no tenía demasiada inspiración como para ponerse a dibujar o pintar. Suspiró aburrida y, tras encontrar su móvil debajo de la cama de Hongbin, observó unos minutos el mensaje que indicaba la dirección de Hyuk. Quizá sería mejor deshacerse de aquel problema cuanto antes para asegurarse de que su pasado se quedase como lo que es; el pasado. O quizá lo mejor es, nada más y nada menos, olvidarse del tema e ir a tomar un chocolate caliente para tranquilizarse, pensó releyendo el mensaje por tercera vez en el minuto.
 Si. Desde luego era la mejor idea por el momento. Sin pensárselo más decidió levantarse e ir caminando hasta la cafetería donde conoció por primera vez a Hongbin. Gracias a las indicaciones de una amable mujer no tardó demasiado en llegar a su destino; además recordaba algo del camino desde la última vez que estuvo allí. Al entrar el olor de café llegó a ella, relajándola un poco. No tardó en encontrar un sitio vacío donde dejar su bandolera para después acercarse a la barra. Frente a ella se encontraban dos personas más, por lo que puede pensar mejor en lo que pedir. El chocolate con leche no es una mala opción, de hecho es un clásico para ella, pero quizá era bueno probar cosas nuevas.
- Buenas tardes, bienvenida a Jelly Fish – la voz del camarero la sacó de su pensamientos. El chico no debería ser demasiado mayor que ella, quizá dos o tres años. Tenía el pelo muy corto por los lados, mientras que arriba lo tenía algo más largo, además el color era llamativo. Aparentaba el típico ‘’Bad Boy’’.
- Buenas tardes – murmuró Jiae echando una última ojeada al menú.
- ¡Oh, te conozco! – dijo el chico de repente – Tu debes de ser la novia del guaperas -.
- ¿Perdón? -.
- ¡Hakyeon! – vale… aquella situación comenzaba a ser algo rara para su gusto. ¿Qué demonios hace gritando ese chico cuando se supone que debería estar tomando nota de su pedido? ¿Y a quién llama?
- Se supone que deberías estar cogiendo los pedidos de los clientes, no boceando como un loco delante de ellos – dijo un joven acercándose hacia ellos. ¿Cuán altos eran los trabajadores de esta cafetería?
- Adivina quién ha venido –.
 En el momento en el que ese tal Hakyeon clavó sus ojos en ella pareció sorprenderse. Ambos trabajadores se miraron entre sí sonrientes y luego clavaron la mirada en ella de nuevo. Jiae, a su vez, no estaba entendiendo nada. ¿Qué demonios les pasaba? ¿Y cómo es que estaban tan sorprendidos de verla?
- Valla, valla… - dijo el que parecía ser el mayor, Hakyeon – No me esperaba conocerte tan pronto. Conociendo a Hongbin me extraña que te hubiera dejado venir; es decir, casi nunca trae a sus novias aqui -.
- ¿Os conozco de algo? – preguntó Jiae algo escéptica ante tanto numerito, además había captado la atención de algún que otro cliente, y no era muy de su agrado.
- ¡Oh, lo siento! – se excusó Hakyeon – Mi nombre es Hakyeon y él es Ravi, somos compañeros de trabajo y amigos de Hongbin -.
- Tu debes de ser su novia – interrumpió Ravi con una sonrisa socarrona – Esta vez ha sabido escoger -.
- ¡Ravi! – exclamó Hakyeon dándole un golpe con el dorso de la mano en el cuello para luego dirigirse a ella excusándose – Lo siento, Ravi es así de idiota con todos -.
- No importa – dijo Jiae.
- Entonces… ¿cuál era tu nombre? – preguntó curioso.
- Jiae Alice Ahn – contestó – Pero todo el mundo me llama Lice -.
- Menos mal – comentó Ravi – No tengo tan buena memoria para los nombres -.
- ¿Has pedido ya? – preguntó Hakyeon.
- ¿Eh? ¡Ah, no! Ravi me interrumpió antes de poder hacerlo -.
- Pide lo que quieras y en un minuto te lo llevaremos a la mesa -.
 Jiae asintió y volvió su vista al menú, pensativa. Quizá probar algo nuevo la vendría bien para olvidarse de todo por un momento. ¿Qué tal café? Pero qué tipo… No aguantaba lo agrio ni lo ácido, asi que la mejor opción era un café algo dulce. ¿Con leche? No, demasiado cliché.
- ¿Alguna ayuda? – preguntó Ravi.
- ¿Cómo es el café bombón? -.
- Es un café endulzado con leche condensada, por lo que es bastante dulce. Además le ponemos algo de canela sobre la espuma y solemos hacer algún dibujo con esta – explicó Hakyeon.
- Que sea un café bombón entonces -.
 Tras tomar nota a su pedido Ravi se lo tendió a Hakyeon, quien entró hacia la cocina con una sonrisa. Sin decir nada más se dio media vuelta con la intención de ir a su sitio cuando su móvil sonó. Desbloqueó la pantalla con miedo a ver el nombre de Hyuk en ella, pero pudo respirar en paz al ver que se trataba de Minah.
- Hola mami – dijo imitando la voz de una niña pequeña.
- ¡Por dios! ¿Siempre contestas a Minah así? -.
- ¿Papá? ¿Qué haces con el móvil de Minah? – valla… acababa de hacer el ridículo ante su padre, más o menos puesto que no estaba en persona – Y tan solo estoy de buen humor, eso es todo -.
- El mío está sin batería – contestó - ¿Sabes dónde está Hongbin? No contesta a las llamadas y tiene que ir a buscarnos al aeropuerto para cuando lleguemos -.
- Hongbin ha ido a buscar a Ikky, quizá se ha dejado el móvil en casa – dijo encaminándose hacia su sitio. Este se encontraba al lado de la ventana que daba hacia la acera frecuentada por la gente. Casi todos eran trabajadores que salían de la oficina para tomar un café, madres con sus hijos o grupos de amigos. Incluso había alguna que otra pareja dadas de la mano.
- Bueno… en ese caso esperemos que se acuerde por sí mismo, adiós bebé -.
- ¡Papá! – lloriqueó al oír le viejo mote por el que la llamaba – Creí que habíamos acordado en que dejarías de llamarme así si yo dejaba de morderme las uñas, y llevo un record de 6 meses sin hacerlo -.
- Soy tu padre y tengo todo el derecho del mundo a avergonzar a mi hija con motes tontos, ¿no crees? -.
- Prométeme que no me llamarás así delante de Hongbin – estaba completamente segura que la estaría tomando el pelo con ese mote por todo un año si llegara a escucharle.
- Vale, vale… serás mi bebé cuando solo estemos tú y yo -.
- ¡Y yo! – oyó gritar a Minah por la otra línea.
- ¡Cuelga antes de que alguien más sepa mi mote! – lloriqueó de nuevo, y antes de que su padre colgase oyó su risa desde la otra línea.
 ¿Cuánto hacía que no oía reír así a su padre? A, sí… Desde antes de todo el tema de la separación con su madre. Antes, cuando estaban todos juntos, todo el mundo reía y sonreía mal. Suspiró al recordar su vida antes de la separación y los juicios. Antes de todo eso, todo era tan normal… Su madre se comportaba como tal y su hermano, aunque no la hacía tanto caso como ella hubiera querido, podía considerarse eso, un hermano. A estas alturas la única familia que tenía era su padre, y dentro de poco Minah, Ikky y Hongbin… Bueno, el último estaba en duda. A veces se preguntaba el motivo por que el su padre pidió el divorcio. Sabía que no debería preguntar, su padre nunca fue del tipo de hacer las cosas sin ningún motivo, por lo que sabe que hay algo detrás de aquella decisión tan drástica que hizo. Desconoce ese algo, y por ahora prefiere seguir haciéndolo.
 Alzó la mirada aburrida, observando la gente entrar y salir de la cafetería. Para ser una cafetería pequeña estaba bastante concurrida, por lo que no la extrañaba que su pedido estuviera tardando bastante. Había mucha gente dentro, e incluso fuera en la terraza había un buen número de clientes esperando. La mayoría eran grupos de amigos hablando entre ellos, tomando café o chocolate caliente para protegerse del frío de Londres. Tambien había alguna que otra pareja e incluso madre con sus hijos.
- Hola Jiae -.
 La nombrada sintió un escalofrío recorrer toda su espalda al reconocer aquella voz. Aun estando de espaldas a él podía saber de quién se trataba y nunca en su vida había deseado tanto desaparecer o que la tierra la tragase en ese mismo instante. Lentamente se giró, rezando porque aquello no fuera más que una de sus peores pesadillas. Aquellas en las que se levantaba empapada de sudor, temblando sin poder detenerse y con los ojos inundados en lágrimas.
- Hyuk… -.
 Su ex sonrió. No de la forma en la que tan acostumbrada estaba de verle sonreír. Se trataba de una sonrisa cansada que reflejaba el miedo y la incomodidad que, como ella, sentía ante aquella fatal coincidencia. Sin saber qué decir, entre ambos de formó un silencio incómodo pero en ningún momento dejaron de mirarse. Era como si, en cuanto alguno de ellos pestañease pudieran despertar en su habitación y descubrir que aquel encuentro no hubiera ocurrido.
- Esto… ¿puedo sentarme? – Hyuk fue el primero en romper el silencio.
- Su-supongo – contestó ella con inseguridad.
 De todos los lugares en los que podría haberse encontrado con su ex novio debía de ser en el trabajo de Hongbin. ¿Tan mala suerte tenía? Lanzó una mirada nerviosa hacia la entrada con miedo a que el susodicho le diera por aparecer. Si apareciese y descubriera toda la verdad estaría perdida.
- Es… Es algo incómodo, ¿verdad? -.
 Elevó la mirada para ver que Hyuk, en efecto, también se sentía como ella. No dejaba de masajearse la muñeca, apoyándose en la mesa de la cafetería, y ni si quiera podía sostenerla la mirada.
- ¿Qué haces aquí? – aquella pregunta había salido de su boca sin su permiso.
 El joven la miró por unos segundos, como si estuviera descifrando sus sentimientos. ¿Estaría buscando enfado? ¿O quizá otra cosa?
- Acabo de recoger a mi hermano pequeño de un cumpleaños -.
 Ambos dirigieron su mirada hacia la mesa donde se encontraba dicho hermano pequeño. Jiae sonrió al reconocerlo. Hacía mucho tiempo que no veía al hermano pequeño de Hyuk; tenía la misma edad que Ikky y era igual de adorable que él. Pero había una cara sorpresivamente conocida. Se trataba de Abby, la amiga de Hongbin y su supuesta vecina. Al ver que esta se había percatado de ella, ambas se saludaron con una pequeña sonrisa, un poco incómodas.
- ¿Qué hace Abby allí? – preguntó. Más así misma que a Hyuk, aun así recibió respuesta.
- Bueno, verás… Abby y yo… - aunque no hubiera acabado la frase ya sabía a donde iba a parar – El caso es que estamos… estamos saliendo -.
 Normalmente, y por lo que ha oído y visto por amigas, debería sentarte mal que tu ex halla rehecho su vida amorosa, pero extrañamente la había resultado perder una carga de encima.
- Espero que no te moleste – dijo.
- ¡Oh! ¡N-no, que va! – contestó de inmediato, sorprendiendo a ambos la rapidez con la que había contestado – Quiero decir, me parece bien que encuentres a alguien -.
- ¿Y tú? ¿Has encontrado a alguien? – preguntó Hyuk.
- Se podría decir que sí… -.
 Y de nuevo, silencio. El ruido de la cafetería les rodeó. Ninguno sabía cómo decir lo que ambos pensaban. No estaban ahí para hablar sobre sus nuevas relaciones, lo que tenía que decir era algo mucho más importante y peligroso.
- Me siento como un completo idiota ahora mismo – comentó Hyuk tapándose el rostro con una mano.
- Y yo – dijo Jiae mirando fijamente a su café bombón.
- He hablado con Taehyun – Jiae lo miró con horror – Bueno, más bien Taehyun me llamó y medio interrogó noche en la que se enteró que te viniste a Londres -.
- ¡E-espera! – dijo Jiae - ¿Él sabe que estoy aquí? -.
- Tu madre se lo dijo, lo que no sé es si sabe en qué parte – contestó Hyuk.
- E-entonces… él te contó lo que ocurrió de verdad o… -.
- Más bien até cabos y puedo entender lo que quisiste decirme cuando, bueno, tuvimos la pelea -.
 Jiae suspiró con nerviosismo. En ese momento estaba demasiado nerviosa como para predecir lo que Hyuk podría decir o cómo podría reaccionar en aquel momento. Taehyun sabía que estaba en Londres. Su pesadilla se había hecho realidad. En ese caso es cuestión de tiempo que se presentase allí y comenzara a buscarla. Incluso podría presentarse con su madre y estropearlo todo por segunda vez que su vida.
- Siento muchísimo no haberte creído entonces Jiae – dijo Hyuk mirándola directamente a los ojos – Tras haber escuchado a Taehyun y ver cómo tu madre hablaba sobre ti con la mía… Siento como que todo esto fuera culpa mía -.
- No – contestó ella haciendo énfasis con el movimiento de cabeza – La culpa es solo mía… yo me lo busqué -.
- Nadie buscaría lo que te sucedió. Si no te hubiera dejado a solas con él en aquella fiesta, él no hubiera… -.
- Ninguno sabíamos lo que iba a ocurrir, no es tu culpa – le interrumpió Jiae.
- Aun así no puedo dejar de pensar eso -.
 Por una tercera vez el silencio se hizo entre ellos, pero ya no era tan incómodo. De hecho, se parecía un poco a los silencios que compartían antes de todo aquel follón. Antes de haber empezado con la relación. Antes de ir a aquella fiesta. Antes de Taehyun.
- Me sentí tan herido en aquel momento que ni si quiera vi el miedo y dolor en tus ojos… Ahora que pienso en eso puedo verlo – continuó Hyuk sorbiéndose la nariz. ¿Acaso estaba llorando?
- Los dos lo pasamos mal. Yo también me sentí herida cuando no me escuchabas… y cuando supe que todo había terminado me sentí peor. Pero lo pasado, pasado está -.
- Quiero recuperarte – dijo Hyuk de repente.
- ¿¡Q-qué!? – exclamó Jiae llamando la atención de casi toda la cafetería.
- ¡Co-como amiga! ¡Quiero decir como amiga! – aclaró Hyuk en cuanto se dio cuenta de la malinterpretación de la joven, quien suspiró con alivio al escucharle – Quiero recuperar a mi amiga. Quiero volver a ver películas de miedo, aunque después ninguno de los dos seamos capaces de dormir; quiero volver a atiborrarme a helado cuando algún novio te rompa el corazón; y quiero volver a discutir contigo por ver qué personaje de Marvel es mejor, aunque sepamos que es Iron Man… Quiero recuperar esos momentos, ¿qué me dices? -.
- Va a ser difícil – reconoció Jiae.
- Lo sé -.
- Y llevará mucho tiempo -.
- Ya había pensado en eso -.
- Y en el fondo sabes que el mejor es Deadpool, aunque sea un anti-héroe – ambos rieron – Supongo que no hará daño intentarlo -.
O sí, pensó. Pero estaba decidida a recuperar las riendas de su vida. Quería volver a tener una vida normal y corriente y dejar de vivir con el miedo de que Taehyun por fín la encuentre o de que su madre estropease su vida por segunda vez consecutiva. Ahora más que nunca debía de arreglar todo lo ocurrido y debía de hacerlo sin meter a Minah y a sus hijos, tampoco a su padre… a nadie.
 No hablaron de mucho más. Pronto el hermano de Hyuk demandaba por volver a casa y tuvieron que despedirse. En cuanto los tres desaparecieron de su vista, Jiae pudo respirar con tranquilidad y disfrutar de su café bombón. Aunque hubiera hablado con Hyuk sobre lo ocurrido, la hubiera gustado haber sido más dura con él. Después de todo la pelea que tuvieron fue bastante grabe y la dijo cosas horribles. Pero ella no era así, por mucho que la gustase aparentar serlo. La verdad era… desde que ocurrió aquel incidente que destrozó su vida decidió hacerse la fuerte. Quiso construir un escudo que la protegiera de todo lo que ocurriese en el exterior. Quería ser más indiferente, más fría, más fuerte… Pero para ser francos, lo único que estaba consiguiendo así era engañarse a sí misma y hacer daño a los demás.
- ¿Qué hace una chica como tú tan sola? –.
 Jiae sonrió al ver a Hongbin frente a ella, con Ikky de la mano.
- Hola Ikky, ¿qué tal te lo has pasado en el cumpleaños? – preguntó Jiae ignorando a posta a Hongbin, quien hizo un puchero al ver sus intenciones.
- ¡A sido genial! – exclamó Ikky sentándose en una silla de la mesa en donde se encontraba – He hecho una nueva amiga y me han dejado romper la piñata -.
- Lo malo es que mañana tendrá dolor de tripa – suspiró Hongbin cansado de solo imaginárselo – Ha comido demasiadas golosinas, ¿verdad? -.
- Ya soy mayor, tengo 6 años – dijo Ikky cruzándose de brazos.
 Jiae rió ante aquella respuesta. Aunque fuera verdad que Ikky tuviera 9 años no aparentaba tantos. Era bajito para su edad y tenía algunos gestos que le hacían ver más pequeño de lo que en realidad era.
- Si, ya eres todo un hombre – dijo Hongbin mientras desenredaba la cabellera de su hermano.
- Solo tienes envidia porque tú no puedes comer tantas golosinas como yo – contestó Ikky sacándole la lengua.
- ¿¡Cómo lo has adivinado!? -.
 Observó con curiosidad la forma de interactuar entre los dos hermanos. Al ver aquella escena no podía evitar pensar en su propio hermano mayor. Hacía tanto tiempo que no sabía de él. A veces oía hablar sobre él por boca de sus padres gracias a alguna carta o email que enviaba. Sobre todo oía hablar de él por su padre. Nunca supo por qué, pero la relación entre su madre y su hermano pasó a ser de madre e hijo a completos desconocidos sin si quiera darse cuenta. Supo de su distanciamiento cuando se fue de casa.
- Ya que voy a por nuestros padres podría aprovechar y llevaros a casa – oyó decir a Hongbin.
- Claro, pero aún no he acabado con el café – respondió Jiae.
- Puedes pedir que lo calienten y lo pongan para llevar -.
 No dijo nada más. La verdad es que estaba bastante cansada y la idea de Hongbin sonaba perfecta a los oídos de la joven. Los tres se levantaron y se acercaron a la barra para hacer su pedido. En ese momento Ravi estaba tomando nota a las mesas del exterior y Hakyeon se encontraba para atenderles. Al verles acercarse una sonrisa se formó en su rostro, sobre todo cuando Ikky le saludó con tanta energía.
- ¿Te ha gustado el café? – preguntó sonriente.
- Si, pero me tengo que ir y no he podido acabarlo – contestó Jiae algo avergonzada - Hongbin me ha dicho que podrías calentarlo y ponerlo para llevar, si es que no es alguna molestia -.
- ¡Claro! No es ninguna molestia -.
- Réstalo de mi sueldo -.
- A este ritmo no tendré que pagarte – bromeó Hakyeon.
 Tras recibir su pedido y despedirse de Ravi y Hakyeon, pudieron subir al coche e ir hasta casa. Por el camino Ikky cayó rendido ante el cansancio y se durmió contra la ventanilla, produciendo que una pequeña sonrisa se formase en el rostro de ambos jóvenes. Aunque la cafetería estuviera terriblemente cerca de su casa, Hongbin se ocupó que el viaje fuera lo suficientemente largo como para que su limitada libertad durase unos minutos más. Aunque eran eso, tan solo unos minutos más.
- Vas a tener que llevarlo en brazos hasta su cuarto – comentó Hongbin al parar frente la entrada de casa.
- No me importa -.
 Ambos jóvenes se miraron por unos segundos, como si fuera la última vez que pudieran ser capaz de hacerlo. En un momento dado Hongbin la cogió la mano y la elevó hasta su boca para poder colocar un beso en el dorso de esta.
- Que romántico – murmuró Jiae.
- Por ti lo que sea – dijo Hongbin – Dame un beso  -.
- Por dios, ni que te fueras de casa - Aun así no le negó el beso. No podría aunque quisiera cuando Hongbin la miraba de aquella forma. Sus ojos se clavaban en ella, oscuros y profundos, como si pudieran ver su alma, incluso como si fueran capaces de traspasar todos los muros construidos para guardas su más oscuro secreto, y eso la aterraba a veces.
- No me voy de casa – volvió a juntar sus labios con los de la chica nada más dejar de hablar – pero en cuanto nuestros padres vuelvan – de nuevo, la dio otro beso más – no voy a poder hacer esto con tanta frecuencia -.
 El último beso duró el que más, arrancándola una sonrisa sin darse cuenta. Por dios, en ese momento debería tener la pinta de la adolescente típica adolescente enamoradiza, pensó rodando los ojos internamente. Tras despedirse con otro beso y una caricia, cogió a Ikky en brazos y pasó al interior de la casa. Subió hasta el cuarto de Ikky con cuidado de no despertar al pequeño y dejarle en su cama, pero no había manera. Ikky se había aferrado a ella como si fuera un koala. Por mucho que intentaba soltarlo de ella no podía, se había agarrado a su ropa y no podía desnudarse frente a un niño de 5 años. Suspiró rendido y decidió bajar hasta el salón con él aún en brazos. Quizá si esperaba un tiempo dejaría de agarrarse tan fuerte y podría dejarlo en la cama. Para hacer el tiempo más ameno decidió poner la tele y ver cualquier serie o película que estuvieran dando. Por suerte emitían algo decente para variar y pudo entretenerse un buen rato. Observó a Ikky dormir contra su pecho y sonrió. Con cuidado de no despertarlo lo acomodó mejor, le tapó con la manta del salón y decidió echar una cabezada con el pequeño. No fue hasta que cerró los ojos y se acomodó mejor en el sillón que no se dio cuenta de lo cansada que estaba. La conversación con Hyuk la había dejado totalmente K.O mentalmente, muchísimo más el hecho de que Taehyun supiese de su estancia en Londres. Suspiró intentando olvidarse de aquello y antes de darse cuenta acabó totalmente dormida en el sillón con Ikky en sus brazos, ignorando el cesante sonido del teléfono de casa, produciendo que saltase el contestador automático.
‘’Ha llamado a Minah y Thony. Por cualquier motivo no podemos contestar asi que deje su mensaje después de la señal’’

- ¿Lice? Soy Leo… es Taehyun, está en Londres -.

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